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Educación y Competencias

Competencias. Dos ejemplos

Este fin de semana los diarios deportivos desplegaron dos noticias que llamaron nuestra atención.

1. Se publicaron las fotografías de un famoso multimedallista Olímpico... pero fotografías donde el atleta en una fiesta está "respirando" "succionando" una droga. El deportista de 23 años aceptó la autenticidad de las fotografías y se disculpó.

2. Se declara como mejor jugador del equipo CAMPEÓN del futbol americano profesional a un receptor, cuya biografía conocida por la sociedad deportiva, asienta que en su infancia fué un vendedor callejero de drogas.

Conclusiones:

1. Las personas no son competentes. Los desempeños son competentes.

2. Es posible y normal que las personas sean competentes en unos desempeños, mediocres en otros y definitivamente incompetentes en otros.

3. Las competencias se desarrollan como hábitos y por tanto, se aprehenden y se des-aprehenden.

4. La competencia está asociada, indirectamente, con la moralidad comunmente aceptada.

5. La moralidad es una dimensión de la persona asociada a su SER. La competencia es una dimensión de la persona asociada a su HACER. (Si un delincuente es competente en el desempeño de quitar la vida a otros "es malo" pero nuestro policías no pueden ser incompetentes en el mismo desempeño pues, no defenderían a la sociedad contra sus agresores)

6. Un mismo desempeño competente tiene conotaciones éticas diferentes según so objeto, fin y circunstancia.

7. Aunque un acto sea malo, no por ello deje de ser competente y, sin embargo, un acto para ser bueno, no le basta la buena intención, debe haber competencia.

La competencia implica a la moralidad. No por juego algunos docentes bromean que las competencias son para "super-hombres".

¿Será?

 

 

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